Los retos del Arte Contemporáneo

Tras 18 meses de ralentización, el Mercado del Arte en su conjunto (englobando todos los periodos de creación) vuelve a remontar y a sanearse. No obstante, según se desprende de nuestro Balance del mercado del arte 1S 2017, dicho restablecimiento se debe en gran parte al rendimiento del Arte Contemporáneo.

Es cierto que, al ser absorbidas por las colecciones museísticas, las obras de arte antiguas cada vez escasean más en el mercado, pero esa no es la causa de que cada vez existan más coleccionistas de Arte Contemporáneo y más apasionados. La razón por la que hoy en día es el segmento más estimulante del mercado es que se encuentra en el centro de todas las miradas, es un extraordinario factor de reconocimiento y, además, cada obra cuenta con un inmenso potencial financiero.

Círculo virtuoso

Michael Govan, director del Los Angeles County Museum of Art (LACMA), explica la predominancia del Arte Contemporáneo en las programaciones de los museos por el hecho de que las exposiciones ya no pueden estar dominadas por artistas blancos varones: “If your mission is to reflect the world, and women are half of the world… it’s a lot easier if you are working in the present” (Julia Halperin, “Art of today dominates US museums”, The Art Newspaper, abril de 2017). En efecto, la creación contemporánea se distingue de las épocas anteriores por una diversidad mucho mayor, tanto en su origen como en el sexo de los artistas.

Esta mayor paridad en el Arte Contemporáneo no solo beneficia a las instituciones públicas, sino a las fundaciones empresariales, los mecenas, los comisarios y los periodistas, es decir, a todos aquellos que adquieren, exponen, critican o recompensan el arte. The Art Newspaper revela la existencia de un círculo virtuoso: “As more collectors focused on contemporary art, the composition of museums’ boards of trustees has shifted in that direction as well. […] Although many believe that trustees should not influence programming decisions, their enthusiasm can be contagious—particularly when they are willing to fund the projects they are most excited about.” (Julia Halperin, “Art of today dominates US museums”, The Art Newspaper, abril de 2017).

Por supuesto, este círculo virtuoso repercute en el mercado: los precios del Arte Contemporáneo pueden variar en mayor medida y con mayor rapidez que los de cualquier otro periodo de creación. Un ejemplo especialmente impactante es el de Gillian & Christopher (1993), una fotografía de tirada única de Wolfgang Tillmans. Comprada por 50 000 $ en octubre de 2015 en la Christie’s de Londres, se volvió a vender el 19 de mayo de 2017 en la Sotheby’s Nueva York por 150 000 $, es decir, por tres veces su precio de adquisición. Resulta interesante señalar que, en el transcurso de los dos últimos años, Tillmans ha pasado a formar parte de la galería David Zwirner y ha disfrutado de una importante retrospectiva primero en la Tate Modern y después en la Fondation Beyeler.

Por el contrario, una decisión precipitada puede no resultar rentable, de ahí el interés de seguir con atención el recorrido de todos los artistas contemporáneos. El potencial financiero en este sector es inmenso, pero, por supuesto, el riesgo sigue siendo elevado: como ocurre en los mercados financieros, está correlacionado con el crecimiento, sobre todo si este alcanza los tres dígitos.

En cualquier caso, más allá de la inversión, el coleccionista de Arte Contemporáneo tiene la sensación de estar formando parte de la Historia del Arte. Al aprobar y reconocer el valor de una obra, el coleccionista se posiciona y se compromete.

Onda expansiva

El éxito de Jean-Michel Basquiat no solo es exponencial, sino también mundial, tal y como lo demuestra el destino de su lienzo Water-Worshipper. En los 30 últimos años, se ha vendido sucesivamente a Nueva York, París, Londres y, finalmente, a Hong Kong, con transacciones cada vez más rápidas.

Evolución del precio de Water-Worshipper (1984) de Jean-Michel Basquiat

Evolución del precio de Water-Worshipper (1984) de Jean-Michel Basquiat

Los resultados de las subastas públicas demuestran claramente que los intercambios se están acelerando e internacionalizando. La oferta se renueva sin cesar y el número de coleccionistas se multiplica. El Arte Contemporáneo se va apartando poco a poco de las normas tradicionales del Mercado del Arte, que, por fin, se abre totalmente a las mujeres, al arte urbano o a los colectivos, entre otros. Gana tanto en liquidez como en eficacia.